Mi Banda Sonora.

Mi Banda Sonora.
Pincha y disfruta de un orgasmo musical.

martes, 12 de junio de 2012

URG.



El caso es que yo tenía un amante. Fue el amor de mi vida hasta la fecha. Pasaba las horas pegada a él, pies con pies, cabeza con cabeza. Teníamos algo tan especial… Era el guardián de mis noches, me protegía del frío de fuera y hacía de barrera para los monstruos de debajo de la cama. Me hacía soñar mientras yo me enredaba entre sus sábanas, que guardaban mil promesas que cumplir.

Las horas que pasamos juntos eran cortas como milésimas de segundo. Y a veces diez minutos sabían mejor que cualquier café, por muy de Colombia que fuese. Nuestra relación era tan intensa que tuve que vivirla casi entera con los ojos cerrados, y pasamos tantos meses juntos que ya casi no recuerdo mi vida antes de él.

Pero cuando uno crece se da cuenta de que hay amantes temporeros y amores que duran intervalos. Eso, y que las ausencias prolongadas amargan a cualquiera.

Te hecho de menos. Tanto... Aunque sé que tú volverás. Que volveremos. Porque vivir sin dormir nunca más contigo, querido Colchón de mi cama, es un suicidio. Y tengo tanto sueño..... ¡urg! 

Mis gafas de sol necesitan un cambio; y yo, un punto de vista diferente. Exigimos unos cristales adecuados a fin de satisfacer estas necesidades. Porque queremos que todo sea rosa fosforito y lo queremos ahora.

Añado, como simple advertencia, que conmigo no habrá mucho problema. Mi carácter es sumamente apacible, puede que incluso demasiado. Pero mis gafas de sol se ponen bastante violentas cuando no tienen lo que piden. (Y el que avisa no es traidor). 

Un loco nunca sabe del todo que está loco. Empieza a estarlo cuando se sienta completamente solo en una habitación vacía, a oscuras, para evitar que el tiempo le encuentre, le arrastre y le descubra que las cosas cambian. Lo está, definitivamente, cuando empieza a pintar en las paredes de la habitación sin ver absolutamente nada, de manera que no puede saber siquiera si la superficie sobre la que pinta es real, y tampoco existe ya lo que está pintando en ella.

Sabed que un loco, aunque sepa que lo está, no saldrá de su habitación así como así; y una vez fuera, no podrá evitar querer volver dentro. Por eso es necesario que alguien encienda una cerilla, o dos, o tres; le de la mano y le lleve fuera de la habitación, porque ha llegado la hora de irse.

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