Mi Banda Sonora.

Mi Banda Sonora.
Pincha y disfruta de un orgasmo musical.

jueves, 28 de junio de 2012

Reina mora en la sopa cáustica.

Hoy es mi primera mañana de vacaciones y mi primera noche. No he salido de fiesta, aunque os sorprenda esto. He dedicado toda la noche a dormir y he tenido tropecientos sueños. Sólo me acuerdo de dos realmente, el primero es el típico sueño en el que te ves de vacaciones en la playa, aunque la odias, pero oye, ahí estás con una sonrisa en la cara y jugando a las palas.
El segundo es el significativo, el que me ha puesto una sonrisa en la cara nada más levantarme, aunque te hayan cortado el sueño. Dicen que los sueños se olvidan, a no ser que se escriban...Probemos.
Estaba con dos amigas mías en un bar, tocando, sí, de repente tenía un grupo de música. Al terminar, el bar se vació y nos quedamos los 2 camareros y nosotras. Nos dijeron que fuésemos a tomar algo, porque ninguno nos queríamos ir a casa. Total, fuimos al Citi, un bar que está debajo de mi casa, nos pedimos algo de picar y unos kalimotxos, pura ley de vida.
Me encontre con los de la zarzuela que estaban con ondas al agua y todo, tomando algo. Al principio me enfadé mucho, ¿porque no me habían avisado? Luego decidí calmarme y fui a saludarles y luego me volví con los míos. De camino a mi mesa no se que me pasó, que me desorienté y me senté en otra mesa. Me quedé helada cuando me di cuenta, y todavía más cuando vi al chico que estaba sentado en la mesa, mirándome alucinado. Me puse super nerviosa, y le pedí perdón y me dijo que no le importaba que no era nada. Me dijo que se llamaba Noel y que trabajaba en el spa de miranda, y me dio una tarjeta con su teléfono, siempre con su gran sonrisa en la cara. Ahora ya si que volví donde los míos.
Al día siguiente me di cuenta que no era una tarjeta del spa, sino que era un vale para un circuito. A los dos días tenía un hueco libre, asi que decidí ir. Entré y me le encontré de lleno, sonrió nada más verme.
Cuando le dije que venía por lo del vale, me dijo: "¿De verdad? ¿Un circuito? A mi la chocolaterapia con masaje se me da de miedo... lo dejo caer." Le sonreí y acepté. Salí totalmente relajada y durante la media hora que duró el masaje, no paramos de hablar, y recuerdo que me dijo que tocaba el saxo barítono y que le encantaba la música.
Cuando salí, me planteé pedirle su número o algo, pero me acobardé. Como siempre hago en la vida real, pero qué le vamos a hacer. Era un sueño, no una visión.

Lo mejor de todo, es que me he levantado, he mirado el móvil y OS JURO, que había un mensaje y un whatsapp. Los dos decían "Buenos días princesa". El whatsapp era de mi amiga Lara, pero el mensaje, no se de quién es, cambié de movil y perdí los números. Ha sido gracioso, y estoy intrigada por saber quien es jajajaja.

lunes, 25 de junio de 2012

Gordinflón sobre su propio culo.



"Los gordinflones se cuecen a fuego lento, en agua suficiente para un buen caldo, y no es difícil agarrarlos si salen corriendo. Pero ¡atención!, es frecuente que hagan desbordar el agua de la olla. Entonces, para evitar mojar el suelo, póngalos en la parrilla o fríalos con patatas fritas gordas.
Si se hacen a la parrilla hay que tener la precaución de calentar ésta, que debe estar al rojo para que los tipos no se peguen. Después de haber atiborrado a su gordinflón, hágale dos incisiones a cada lado antes de ponerlo al fuego. Dos horas bastan. Cuando esté cocido por un lado, déle la vuelta del otro y, al servirlo, dé un ligero empujón (cuidado de no pillarse los dedos) y póngalo tieso sobre su propio culo."

("La cocina caníbal". Roland Topor) 


SOBREDOSIS

Camarero, hoy tomaré pastel. Quiero que me traiga un trozo de cada tipo de los que que encuentre en la cocina. No se corte con las raciones. Me sentaré en una mesa para 8 si es necesario; pero tráigame, traiga...
Y para beber quiero almíbar. Una jarra entera. Un camión cisterna. Una piscina olímpica.
¿Cómo lo ve?

viernes, 22 de junio de 2012

El fantasma de las Primaveras pasadas, presentes y futuras.



El mundo es feliz en Primavera. Es el despertar después del frío Invierno, un puente hacia el Verano, territorio de glorias, y una promesa de calor de corazón.

Un hombre es feliz en Primavera por el simple hecho de poder quitarse el abrigo y empezar a ser aquello que escondía debajo de una prenda oscura, pesada y con olor a cerrado. Un hombre es feliz en Primavera porque, abandonada la infelicidad del Invierno, comienza a sospechar que el sol durará mucho tiempo y le dará el calor que le ha faltado durante tantos meses, aunque no pueda trazarse un “para siempre”.

Y como un hombre es solamente un hombre, no puede evitar atravesar a lo largo de su vida más Inviernos de los que le gustaría. Pero, por suerte para él, siempre existirá la sospecha de una nueva Primavera y el recuerdo de las anteriores. 

Por usos sociales, se tiende decir que cuando nacemos a todos se nos asigna una pareja. Incluso que estamos tejidos a imagen y semejanza. Que somos completamente iguales.

Dicen que después de emparejarnos quedamos unidos por una especie de fuerza mayor, como si nos pegase y no pudiésemos ser uno sin el otro nunca más.

Mi experiencia personal me dice que mienten. He tenido relaciones con individuos de todos los colores y tamaños. Nos hemos enredado, enganchado, anudado, asfixiado y revolcado por el suelo e incluso alguna vez he terminado debajo de la cama con bastante compañía.
Ya soy perro viejo. ¡A la mierda!

Cumpliré el sueño de todo calcetín. Seré el Sheriff del cajón de las bragas.

lunes, 18 de junio de 2012

Doscientos quince.






No tengo doscientos quince tipos de perfume, ni doscientos quince vestidos en mi armario. No tengo doscientos quince pares de zapatos, ni doscientas quince personas con quien hablar en zapatillas de andar por casa. No me sobran doscientos quince euros en mi cartera que puedan pagarme nada de lo anterior. Por no tener, no tengo siquiera una cartera en condiciones. 

No tengo doscientos quince días para estar sin hacer nada, ni siquiera doscientos quince minutos al día para tumbarme sin más, a mirar el techo. Supongo que los tendría si tuviese doscientos quince mil euros en mi cuenta corriente. Aunque si los tuviese, llamaría las doscientas quince veces que hacen falta para hacer que te levantes de la cama y nos llevaría a viajar doscientas quince veces por Europa. 

Y aunque ahora no las tengo, inventaré doscientas quince excusas diferentes para volver, aunque me sobren más de la mitad y, en el fondo, todas sean la misma. 

No tengo mucho, pero me sobran sobran esos 215 kilómetros de más, que hacen que eche doscientas quince veces al día más de doscientas quince cosas de menos. 

La curiosidad mató al gato. Se preguntarán por qué, verán. Al gato le iban los deportes extremos, arriesgaba. El gato era guay, era la leche, la ostia, él mandaba. 

Pero... (porque lamento informarles de que siempre hay un pero), señores, el gato no contaba con que podía resbalar, no contaba conque cualquier día podía meter la ostia de su vida y esnucarse contra cualquier esquina. 

El gato era un puto kamikaze, señores, y así le fue. Eso si, el muy cabrón se marchó por la puerta grande. 

Están fundidos. Los autobuses me marean y los taxis son demasiado caros. Las calles me confunden y los semáforos se ríen de mí. El agua sabe a cal. La habitación huele raro. Estudio en una mesa para zurdos. El tiempo es pesado y se mide en campanadas. Odio ese maldito himno, el reloj de cuco del piso de al lado y a "Bartolo" con su flauta. La tele funciona como le da la gana y la nevera tiene pérdidas de orina. La noche es larga y mis focos están fundidos. Ya no tengo estufa. Cada vez hace más frío.



viernes, 15 de junio de 2012

Los momentos en los que.

Siempre he creído que la vida esta llena de "momentos en los que". Sí, hablo de esas situaciones excepcionales, que quizás no nos lo parezcan, pero nos hacen sentir algo inexplicable. "Momentos en los que" el tiempo pasa como la velocidad de la luz, y nos da igual si es el trueno el que viene antes que el relámpago, o al revés.

También hay "momentos en los que" sientes cosas no muy agradables, pero que acaban moldeándote al fin y acabo. Sí hablo de la ira, de la melancolía, de la rabia, de la tristeza... todas esas cosas que no queremos ni en pintura, aunque en el fondo sabemos que nos acompañarán hasta nuestro último día.

Hace dos días yo tuve uno de esos "momentos en los que". En este momento del que os hablo, me sentí poderosa, como si pudiese controlar una situación a mi antojo. Capacidad de decisión, tanto si la usaba como si no. No es que nadie controle mis movimientos las 24 horas del día, sino que en ese momento, me di cuenta de que la dueña de mi vida era yo.

Sigo diciendo que aquella persona vestida de negro con letras plateadas me está empezando a hacer vivir "momentos en los que", pero también está Ti a quien Mi todavía no sabe si quiere. El mundo es un pañuelo, todos los caminos llevan a Roma, y todos esos refranes de mierda que quieren hacernos creer que este mundo mola.

No todo es de colores, pero yo tengo pinceles de sobra y muchos tubos de óleo sin empezar. Tan sólo necesito alguien con quien pintar y/o dibujar. Este año también he conocido el "concepto mancha", en el que lo más desordenado del mundo aparentemente, tiene su orden íntegro. No todo tiene su porqué, pero en la vida, uno de los objetivos, es buscarlo.


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Ha llamado al *********, en estos momentos no se encuentra disponible, por favor, deje su mensaje después de la señal.
piiiiiiiiiii...


Hola otra vez... sí, soy yo. Qué estupidez, claro que lo sabes, como si nunca hubieses visto este número antes. Era sólo para decirte, que... bueno, seamos claros! que me sigue importando una miérda la distancia, tu montaña rusa, tu tiovivo, tus ganas de volar en círculos. Volaré contigo ¿entendido? Sigo queriendo que me cojas de la mano en EL concierto, en NUESTRO concierto. Bueno... era sólo eso... da señales de vida ¿vale?... Un beso... adiós...

`clic´

jueves, 14 de junio de 2012

No hay suficientes cerillas.




Cuando todos los días se llamen igual y tengan nombres horribles; y las horas revoloteen despacio sobre tu cabeza, zumbándote en los oídos eso que no deberías escuchar, cómprate una caja de cerillas. Enciende una cada vez que los zumbidos se conviertan en imágenes. Rápido, antes de que cubran el sol y los ojos se te cierren de luz. Rápido, antes de que te nubles y empieces a llover… Rápido…

Vive más rápido de lo que tu cuerpo te permita y ten una caja en cada bolsillo de cada chaqueta, de cada pantalón. Guarda algunas sueltas dentro del calcetín o detrás de la oreja. Sé previsor, porque prevenir es lo único que te queda si no sabes curar.

Vive rápido, con munición, y cuando acabe el día duérmete pronto. De noche nunca hay suficientes cerillas. 

Si tuviera tiempo viajaría por Europa, recorrería la India, comería palomitas en el salón de casa y guardaría unas pocas para el paseo por Central Park.

Con tiempo regalaría silencios cómodos y fines de semana de diez días. Ni siquiera importaría el desnudo de hojas del calendario, ni llegar o haber llegado tarde; y sería mucho mejor.

Compro tiempo. Compro todo el que tengáis. 


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Ha llamado al *********, en estos momentos no se encuentra disponible, por favor, deje su mensaje después de la señal.
piiiiiiiiiii...

Hola. Esto... soy yo. Si, otra vez. Eee... lo he estado pensando y la verdad, despues de mucho, eee... mira, no me importa un carajo vivir en tu montaña rusa; vale, me siguen asustando los cambios de dirección y la caida libre, mucho me temo que no podré hacer nada con eso, pero me acabaré acostumbrando. He llegado a la determinación de que.. hablando en plata... me la suda que el vagón vaya hasta la bandera y casi no haya sitio para mi, se van a tener que joder, porque de momento no tengo intención de bajarme. Y bueno... solo era eso. Que... esto.. llámame si eso ¿vale?.. un beso.

`clic´



martes, 12 de junio de 2012

URG.



El caso es que yo tenía un amante. Fue el amor de mi vida hasta la fecha. Pasaba las horas pegada a él, pies con pies, cabeza con cabeza. Teníamos algo tan especial… Era el guardián de mis noches, me protegía del frío de fuera y hacía de barrera para los monstruos de debajo de la cama. Me hacía soñar mientras yo me enredaba entre sus sábanas, que guardaban mil promesas que cumplir.

Las horas que pasamos juntos eran cortas como milésimas de segundo. Y a veces diez minutos sabían mejor que cualquier café, por muy de Colombia que fuese. Nuestra relación era tan intensa que tuve que vivirla casi entera con los ojos cerrados, y pasamos tantos meses juntos que ya casi no recuerdo mi vida antes de él.

Pero cuando uno crece se da cuenta de que hay amantes temporeros y amores que duran intervalos. Eso, y que las ausencias prolongadas amargan a cualquiera.

Te hecho de menos. Tanto... Aunque sé que tú volverás. Que volveremos. Porque vivir sin dormir nunca más contigo, querido Colchón de mi cama, es un suicidio. Y tengo tanto sueño..... ¡urg! 

Mis gafas de sol necesitan un cambio; y yo, un punto de vista diferente. Exigimos unos cristales adecuados a fin de satisfacer estas necesidades. Porque queremos que todo sea rosa fosforito y lo queremos ahora.

Añado, como simple advertencia, que conmigo no habrá mucho problema. Mi carácter es sumamente apacible, puede que incluso demasiado. Pero mis gafas de sol se ponen bastante violentas cuando no tienen lo que piden. (Y el que avisa no es traidor). 

Un loco nunca sabe del todo que está loco. Empieza a estarlo cuando se sienta completamente solo en una habitación vacía, a oscuras, para evitar que el tiempo le encuentre, le arrastre y le descubra que las cosas cambian. Lo está, definitivamente, cuando empieza a pintar en las paredes de la habitación sin ver absolutamente nada, de manera que no puede saber siquiera si la superficie sobre la que pinta es real, y tampoco existe ya lo que está pintando en ella.

Sabed que un loco, aunque sepa que lo está, no saldrá de su habitación así como así; y una vez fuera, no podrá evitar querer volver dentro. Por eso es necesario que alguien encienda una cerilla, o dos, o tres; le de la mano y le lleve fuera de la habitación, porque ha llegado la hora de irse.

lunes, 11 de junio de 2012

Indiana Jones y el azúcar perdido.



El primer café de la mañana, o el segundo, después del de rigor de las 4, te plantea el día con perspectiva. Y no sé a ti, pero a mí me sabe a desgana y a sueño; a un sueño que te cagas...

Además, agárrate, porque encima está el tema del azúcar… Que, de un tiempo a esta parte, no sé muy bien por qué, a algún alma caritativa le ha dado por esconder el azucarero. Y aquí estamos, sin azúcar y con la perspectiva amarga, otra vez

Aunque, en realidad, no sé qué perspectiva pueden esperar que tengas si el jodido azucarero parece el puto Santo Grial y aquí ninguno somos Indiana Jones, por lo menos de momento y que yo sepa. 

Viene a ser algo así como montar doscientas veces seguidas en montaña rusa, jugar a la ruleta rusa con la mafia rusa, o comer ensaladilla rusa que ha estado cuatro días al sol ruso de la rusa Rusia. Trato amable y de calidad preferente para alguien que debió matar mucho en otra vida anterior a esta.

El problema surge cuando piensas: ¿Qué hay de lo que queda después? ¿Qué pasa con esa sensación de perdedor? Tú llámalo como quieras, yo lo llamo rabia. 

No hay vía fácil para purgar la memoria y acabar con el escozor de las almas. Si la hubiese, servirían copas de Betadine en todos los garitos y comeríamos patatas fritas con pomada para las quemaduras.
O eso, o inyectarse lejía. 

Desde que empezaron a soñar en colectividad, a compartir los sueños, incitados por los contadores de cuentos, dejaron de estar atados a la noria de la supervivencia, un remolino de quehaceres embrutecedores, y su vida se volvió sueño, goce, fantasía y un designio revolucionario: romper aquel confinamiento y cambiar y mejorar, una lucha para derrotar a la carcoma del tiempo y de convertir en posible lo imposible.

viernes, 8 de junio de 2012

Se mío, hazme tuya.



Cinco grados a las 08:30 am, de media, en Enero. Repito: Enero. Pero “hace frío” y las bufandas se venden de miedo. Aquí "abajo" ninguno llegaría al segundo asalto.
Semáforos en rojo, en rojo, en rojo, en rojo… ¡tu puta madre!

Y llueve. Llueve, llueve, llueve. Llueve mucho, llueve que te cagas. Llueve cuando tienes paraguas, cuando no, cuando te da por culo sacarlo… y sobre todo cuando no está presente de ninguna de las maneras, cuerpo u alma. Pero las viejas sí que llevan, vaya que si llevan… Y se encargan de que lo veas de cerca ¡muy cerca! Llueve cuando le peta y para cuando… ¿cuándo para? Adivina adivinanza. Luego puedes empezar con el misterio del sentido de la vida, si te ves inspirado.

Alcohol y “alcohol”. Sidra hasta en el aire que respiras. Birra raramente y cortos “a secas, que aquí no se come gratis, chaval” las tardes que hay suerte. Un pincho, un euro. Y las bravas son los padres.

Jarto, jarta. ¿Entendísteme? ¿Qué dices, ho? Amagüestu. Esti, pequeñino, les derivades, guaje. ¿Qué fue del pretérito perfecto compuesto?

Campanas cada cuarto de hora. Woody Allen ya no tiene gafas. Amor al parque. Amor, adoración, amor y “sonríe, que hay gofres“.

Y gaviotas, joder. Gaviotas... eso es lo más raro de todo. 

He comprado un billete solo de ida para la cuarta dimensión. Lo necesitaba.

Me voy al lugar donde están todos los calcetines que se pierden en la lavadora; Elvis sigue vivo; y los fantasmas de los amores pasados, presentes y futuros ya se han aburrido de jugar a que soy Mr. Scrooge.

Creo, sinceramente, que voy a vivir de miedo en cuanto me aleje un poco de mí y empiece a ser libre. 

Me voy a comprar un cerrojo nuevo, para que toda la basura esté bien guardadita y a salvo dentro de la casa que ha okupado, la muy puta.

Tendremos nuestra última cena, con velas y gasolina súper, cosecha del 95. Luego saldré, me emborracharé, perderé las llaves y nadie podrá demostrar nada. 


Sólo te pido una cosa más. Se mío, hazme tuya. Parezco más dificil de lo que soy.

miércoles, 6 de junio de 2012

Todo lo que se debería saber.


Puede que el mundo debiera saber ciertas cosas. Como que ser rubio no es ninguna garantía, ni mucho menos. Que no merece la pena vivir en domingo, o que ser freak viene de serie y que solo los valientes se atreven a explotarlo. Que uno nunca debe fiarse de un tipo que lleve gorra, ni de los chinos (sobre todo de los chinos). Que Papá Noel merece morir y San Valentín es el Corte Inglés.

Que la perfección es una errata. Que todo es subjetivo y lo objetivo es indigesto para el ego. Que una ratonera puede estar, y está, llena de objetividades demasiado subjetivas.
Que el almíbar es un arma de doble filo. Y que si algo escuece es que está curando, pero que si escuece demasiado hay que empezar a pensar en la fuerza que nos falta.
Que los ridículos son admirables, porque su misión en este mundo es grande y digna de agradecimiento. De nada. Todo un placer.

Que si de lo que se come se cría, mas de uno ha pillado alguna vez un empacho a cucarachas y chuletas de cerdo.

Que Hello Kitty nos invade con su lugarteniente, Bob Esponja, y sus ejércitos de gafa-pastas. Que no es seguro ponerse falda y sombrero un día de viento a no ser que cuentes con 2 brazos adicionales o un pelo de velcro.

Que existe una mayor probabilidad de atropello en un paso de peatones si uno va en bici que sobre dos piernas, pero la estadística no es tan fiable como pretenden hacernos creer.
Que el Karma existe; y que todo bien material es deseable para el amigo de lo ajeno, incluso una bicicleta daltónica con cadena díscola.

Que la música era mucho mejor antes que ahora. Muchísimo. Y que cuando llueve la gente se vuelve subnormal y no sabe andar por la calle.

Puede que el mundo debiera saberlo. Pero eso me convertiría en una persona nefastamente aburrida.

lunes, 4 de junio de 2012

No sé si una sola luna es demasiado o demasiado poco.

La Luna dice que no sale hoy. Dice que no, aunque me haya tomado la molestia de haber ido a buscarla desde muy lejos. Desde tan lejos, tanto, que he tenido que trepar hasta la última de las avenidas del cielo para llegar hasta su puerta.
He trepado y trepado sin parar. Seguí trepando hasta cuando me empezaron a escocer las manos y se me cayó el aliento. Pero, a pesar de todo, la Luna me ha dicho que no sale hoy. Dice que no tiene el día brillante y se queda en casa comiendo arroz. Arroz blanco, del que siempre se pasa y acaba sembrado encima del mantel negro de la cocina, fabricando un panel de estrellas.
Por eso solo habrá estrellas esta noche. Porque, aunque me escuezan las manos y mi aliento trepe un par de metros por debajo de mí, la Luna me quiere mal y no va a salir hoy.
Hay quien dice que estos cambios de humor que tiene la Luna afectan al ritmo de la vida. Que, cuando la Luna se pone caprichosa, las personas se ven envueltas en circunstancias distintas a lo habitual. Dicen que lo que sucede es que nuestra realidad vuelca, y eso hace que suban las mareas y todo se inunde. Y rebosan las alegrías o los vasos de la paciencia.
Hay noches en las que la Luna se levanta con ganas de comerse el mundo hasta llenarse, y llenarnos a nosotros de cosas buenas. Pero también hay de esas otras en las que no es capaz de vaciarse de desaliento, y no puede siquiera quitarse el pijama ni la roña del mal sentir, por mucho que lo sienta. Aunque más lo siento yo.
En noches como esa es cuando me gustaría sintonizar en un planeta diferente de cualquier otra galaxia. Una muy muy lejana, donde la Luna siempre tuviese ganas de arreglarse para salir. 

Una en la que la Luna siempre fuese puesta de Prozac hasta las cejas.



Foto que hice este verano un atardecer en la Piazza Spagna de Roma.

domingo, 3 de junio de 2012

Es como intentar peinarse delante de un ventilador.

El mundo está despeinado de senderos, autopistas, caminos que se cruzan y carreteras que no llevan a ninguna parte. Es una clase de melena que uno puede estar intentando peinar durante toda su vida sin llegar a conseguirlo nunca.

Al principio, apartar algún mechón de callejones detrás de las orejas, para que nadie pueda robarles la salida, parece una buena idea. Pero aún así, siempre hay alguien que consigue hacerse con ellas. Y es entonces cuando comprendemos que el que no arriesga no gana, y que los que más suelen ganar son los leones que no tienen miedo de llevarse unos cuantos trasquilones de esos que duele mirar.

Y como a veces no basta con que se crucen, al mundo le encanta llenarse la melena de trenzas de caminos y acostarse con el pelo mojado. Después duerme días, semanas, meses, años… Y cuando se despierta y se las deshace, esos caminos nunca vuelven a ser los mismos. Nunca. Aunque pase tanto tiempo que empiecen a aparecer canas.
Cada vez que a tu mundo se le deshaga una trenza, desearás ser calvo como una bombilla. Con todas tus fuerzas.

La mala noticia es que, por bien que se te de peinarte, te va a apetecer raparte más veces de las que te gustaría. La buena es que no lo harás. Y que algún día, más o menos lejano, te alegrarás de ello.

viernes, 1 de junio de 2012

(semi)YIIIIIIIII-JAAAAAAAA

Dicho queda que vamos a montarla gorda, gordísima. Vamos a agrietar las paredes con el volumen de la música y a ahogar el parquét abriendo botellas y botellas de sidra con una mano mientras saltamos, sujetando una jarra cerveza en la otra. Y vamos a romper los cristales de las ventanas arrojando relojes despertador de todo tipo, para cambiar el tic-tac por el rumor de los grillos.

Llenaremos de arena el baño de la habitación de invitados, desbordaremos la bañera de agua salada y abriremos un boquete enorme en el techo para broncearnos mientras jugamos al voley-playa entre el lavabo y el retrete.

Vamos a montarla gorda, gordísima. Yo ya he empezado esta mañana con una ostia monumental mientras bailaba la canción de "Me Amo" de Love of Lesbian. Siempre me ha puesto de buen humor, siempre me ha hecho parecer ser feliz. Los moratones que me van a salir mañana no me importan, van a ser heridas de la guerra más justa y justificada del mundo.

Le echaremos un ojo al pozo de vez en cuando para ver si todo sigue en orden, pero vamos a okupar este Verano Piloto, señores de Bolonia, y nadie podrá impedírnoslo. Ya limpiaremos todo cuando vengan ustedes a darnos las llaves del de verdad.
Disfrutaremos de lo poco que nos brindan. Cada cual tiene que trabajar con lo que tiene.... Pero a mí con esto me llega, de momento.
Dicho queda.