Mi Banda Sonora.

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Pincha y disfruta de un orgasmo musical.

lunes, 14 de febrero de 2011

MANUAL DE SUPERVIVENCIA PARA UN DESCARRIADO (I)

Parece que dejarse llevar ha llevado a la perdición y al estancamiento. Estar en una marisma poblada por ratones, dónde nada es demasiado bueno para merecer la pena. Nada. Dejar para ayer lo que se puede hacer hoy o mañana o pasadomañana. Dejando en segundo plano el vivir feliz y dando prioridad a las decisiones, Dios sabe con qué criterio tomados. Esta marisma es oscura, húmeda y con vientos azotadores, que entre las hojas, producen silbidos parecidos a un Réquiem. Aveces, cuando el cielo despeja un poco, se ven unos pequeños rayos de sol, que hacen cambiar las prioridades: de las decisiones a la desdicha, de la desdicha a la desesperación, de la desesperación al hundimiento, y así, una pescadilla que se muerde la cola. La rutina está a la orden del día, pensar, pensar, pensar, decidir, decidir, decidir, actuar, actuar, actuar... intentando no permanecer mucho tiempo en cada tarea, para no caer en el olvido, volverte loco y empezar la autodestrucción masiva, de ti, de lo tuyo y tu alrededor. Peligro a la vista. Suicidio moral inconsciente.

Pero, a la mierda, es hora de salir de ahí, de construir una bolsa con cualquier cosa, para HUIR, de esa marisma interminable, de dejar de dejarse llevar, de no ahogarse en las propias lágrimas, de tomar verdadesras decisiones con verdaderos criterios, y de salir a flote. De cambiar, mejorar, empeorar. Lo que sea. Todo por salir.

Los ratones empiezan a acosarte, ya no tienen miedo, intentan buscar ataduras para amarrarte a cualquier árbol o junco y que no te vayas, que permanezcas aislado, hasta que alcances la locura, y te vuelvas tan ratón como ellos, alienado, coaccionado, engañado, algo irrelevante para tu alrededor. Quizás parezca la forma más fácil de quitar las penas y pasar de todo, incluso de ti mismo, perder lo que antes, quizás lo único, merecía la pena.

Pero ahí estás, o poniendo resistencia, la poca que te queda, intentando parecer fuete, no lo eres, flaqueando cuando no te miran, parecer infranqueable, quizás la única forma de sobrevivir ahí. Salir, salir, salir. No tienes fuerzas para levantar la cabeza, ni para decir qué eres, quién eras yqué has hecho para merecer aquéllo. Y te hundes, más, más y más, y ves que nadie te tira nada para mantenerte a flote, ni un salvavidas, NADA. No les culpes, no saben nada, no tienen por qué, de todas formas, es lo que pretendes, ¿no?, interiorizar, mantener al resto lejos de tus penurias, para no preocupar, no te gusta ser el centro de atención. Por eso estás ahí, para conseguirlo, pero, ¿ahora huyes de tus propósitos?. Contradicción, nunca pareción tan dificil, y ahora ves que lo fácil eres tú, frágil, cobarde, traidor y malerido.

Ahora en vez de sonar bien, el dejarse llevar, suena aún mejor, la idea de irse de esa dichosa marisma, de esa serie de catastróficas desdichas que parece escrita por el mismo Lemony Snicket. Suena genial, ¿eh?. Intentalo pues, ¿no?. ¿No puedes?. ¿Nada de nada?. ¿Por qué?. Ah, bueno, allá tú con tus decisioines condicionadas.

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