Me reía hace ya unos años cuando una muy buena amiga mía le dedicaba toda una oda al queso. Sí, han oído bien, al queso, su ingrediente fetiche entre todos los existentes. Pues va a ser que no es tan gracioso como me lo parecía por aquel entonces, ya que aquí estoy, dispuesta a haceros testigos de mi sentimiento hacia una de las cosas sin las que no podría vivir.
Dentro de la música, aunque yo empecé desde que medía medio metro a tocar el piano, he explorado y experimentado todo y más. Y si no, véan lo cursado hasta ahora: piano, clarinete, violín chapucero, canto... Lo mío y el piano es excepcional, me lo follo todos los días (como dijo mi padre hace un par de días). El clarinete y el violín no calaron tan hondo, aunque me gustan y no les dedico el tiempo que debería, pero...
Mi último descubrimiento fue la rama vocal de la música. Madre mía, desde que empecé no he parado, y no me han faltado ocasiones ni gente animándome, lo que hace muchísimo. Disfruto cantando, y no creáis que disfruto cantando mis grupos favoritos (que también), pero disfruto aún más cantando música coral, de ópera, zarzuela... Aunque no vaya a ningún sitio a cantarla (excepto la coral claro, sino sería imposible), me siento al piano, chapuceo el acompañamiento y allí que me tienes dos horas más felíz que un regaliz.
Últimamente me ponen los pelos de punta los compositores románticos corales y los de música sacra. Me tienen enamorada. Soy incapaz de escuchar/cantar un ave maría, agnus dei, lacrimosa (y demás) sin soltar alguna lágrima. Es increíble lo que trasmite un coro entero uniendo cada una de sus voces.
¿Nunca habéis probado? Dudo que sea por falta de oportunidades, porque hasta en el pueblo más remoto hay un corillo de cuatro gatos (como en el que una se siente muy orgullosa de participar). Prueba y mira a ver si disfrutas con lo que haces. A veces, más que un hobby, es otro medio de liberación más. Pega cuatro notas fuertes de un final apoteósico de una obra, y ya verás que a gusto te quedas.
En fin, qué más voy a decir que no sepáis. Si alguna vez me veis cantar, tocar o alguna que otra "musicalada", veréis como follo pianos, rasgo gargantas y rompo cañas y cuerdas.
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